jueves, 25 de diciembre de 2008

felices fiestas


lo típico y tópico de estas fechas de todos los años, que sean felicies y bla bla bla...


la realidad, cuidado con las comilonas, las resacas, el frío del 15 de nochevieja , los precios inflados 12 veces, los dos/cuatro kilos de excesos en la zona abdominal y las colas interminables de las grandes superficies y tiendas de regalos


que os la claven bien y con salud


por lo menos pillad y disfrutadlo


p.d- la foto es de fausto y ya se que el montaje es criminal

domingo, 21 de diciembre de 2008

crónicas del interrail 2008 (XII)


ya me queda poquito, pero cada día estoy mas vaga y odio mas a la humanidad..



Día 14 (19/8) Frankfurt

Como ya teníamos todo montado fue levantarse y salir hacia el tren rumbo a Frankfurt. En Alemania tienen unos trenes rapidísimos, pero son de pago, no los regionales, y nos tiramos 4 horitas de viaje, al menos pillamos los 4 sitios que vienen con mesa y pusimos al lado las mochilas, teníamos hasta enchufe para cargar el móvil o lo que sea, alguno lo usaba para el portátil.

De camino pasamos por Ulm que me pareció un sitio preciosos, lástima que no lo incluyésemos en la ruta y por Stuttgart que tendrá la mercedes y todo eso pero lo que se dice bonita no parecía mucho…

Llegamos a Frankfurt con una lluvia de la leche, qué raro, fuimos lo primerito a la oficina de turismo de la estación a por un mapa y nos tiramos literalmente en el suelo a tomar un café y mirar el plano, eso si la gente nos miraba raro yo creo que un poco mas y nos dan monedas.
Salimos buscando el albergue a ver dónde estaba y tuvimos mucha suerte, estaba al ladito de la estación, así al menos no nos mojábamos, que íbamos a encoger todo el día a remojo…

En el albergue son majetes y mas o menos conseguimos entendernos, mas bien Rebeca, pero no podemos entrar asta dentro de una hora, como tenías mesas y tal nos quedamos allí haciendo tiempo.

Una hora mas tarde subimos a la habitación, pero tenía un sistema de una tarjetita y tal que no nos tiene mucho cariño y nos tiene que explicar un pobre japonés como funciona, solo que le falla el truco y no abría la puerta, nos tuvieron que abrir de dentro.

Como no dejaba de llover decidimos ir a ver la ciudad con el chubasquero y dejando la cámara en el albergue, bueno al menos yo que Rebe si la llevó y menos mal o no tendríamos ni una foto de Frankfurt…
Nos perdimos un par de veces por el camino, pero vamos, como siempre y logramos encontrar correos, que barbaridad lo complicado que lo ponen para mandar unas cartas….
Estuvimos rodeando el banco central europeo, pero aparte de una escultura gigante de un euro no vimos nada interesante, es lo que tiene ser pobre, también vimos la casa de Goethe dónde escribió Fausto, lástima que no llevase cámara, al gato le hubiese hecho mucha ilusión…
Nos cruzamos con un barrio de los que me gustan, de cuento muy chulo con su catedral protestante y todo, que por cierto tenía fotos de cómo quedó tras la segunda guerra mundial y parece mentira que hayan reconstruido todo tan rápido, estoy convencida de que si hubiese sido España aun estarían decidiendo si se quitaban o no los cascotes…
Como casi todo lo que tiene Frankfurt tiene que ver con el dinero estuvimos también en la bolsa y en la zona moderna llena de rascacielos, menudo contraste las casas antiguas y señoriales al lado de los rascacielos, muy curioso, porque no tengo intención de ir nunca a Nueva York, pero dudo que sea muy diferente…

Ya de vuelta al albergue para ir a cenar nos dimos cuenta de que estábamos en la zona de puticlubs, bueno, eso no es malo, lo malo es lo que trae detrás… decidimos cenar al ladito del albergue, salchichas y cerveza, toma dieta mediterránea, la salchicha muy buena, pero nos crujieron con la cerveza, ni que fuese de lujo, por lo menos estábamos sentadas y al calorcito y escuchando de fondo a unos catalanes, muy simpáticos ellos que no se dignaron ni en decirnos hola, estando en la mesa de al lado y sabiendo de sobra que éramos españolas, en fin, a mi no me apetecía ser simpática tampoco…

Subimos al albergue y nos quedamos tomando unas cervecillas en el albergue que era pronto y nuestros compañeros de habitación estaban ya con la luz apagada, no era cuestión de molestar, y de nuevo los catalanes, que siguieron en su tónica y nosotras en la nuestra.

Cómo no teníamos que madrugar, nos quedamos hasta la una y pico o así, lo bueno es que Rebe no tenía que bajar a la calle a fumar, porque había una terraza dónde te dejaban, que por cierto visto desde arriba el barrio de noche si daba mal rollo…
p.d- la imagen no vale gran cosa pero es que no era el mejor día para hacer fotos...

domingo, 23 de noviembre de 2008

crónicas del interrail 2008 (XI)


cuando estaba en el paro no tenía dinero y ahora que estoy trabajando no tengo tiempo, no es que me queje, que según están ahora mismo las cosas cualquier opuesto de trabajo es bueno, pero no tengo vida social y ya solo veo a mis compañeros de la tienda en vez de mis amigos y empiezo a cansarme de eso...


en fin, nunca llueve a gusto de todos, sigo con la historia esta y cuando acabe ya despotricaré de otras cosas, que si no gruño no soy yo...


Día 13 (18/8) Munich

Sobrevivimos al olor de nuestros vecinos y salimos a respirar aire puro, no sin su riesgo que casi muero aplastada por un pantalón que voló desde una litera.

Volvemos a ver el sol y el calor después de unos cuantos días y nos vamos a ver tranquilamente la ciudad y a hacer unas fotillos que el día de la guía no nos había dado tiempo. Nuestra primera parada es una torre de una iglesia desde la que nos dijo la guía que había una vista muy bonita de toda la ciudad e incluso los días muy despejados se podían ver a lo lejos los Alpes, a pesar de hacer bueno no es de esos días pero aun así subimos, eso si, cuando nos aseguramos que no iban a dar campanadas porque con sus ocho campanotes cuando dan las horas se mueve toda la torre y unido a mi miedo a las alturas eso es infarto seguro.
Tomamos mientras un cafecillo para tener fuerzas para subir los 306 escalones (13 pisos) de la torrecita en cuestión, cuando llegamos arriba ya íbamos con la lengua fuera pero en comparación de otras personas que nos cruzamos de camino aguantamos bien. Las vistas una pasada, pero la organización pésima, es la primera vez que veo fallar a los alemanes en estas cosas, había muy poco espacio, mucha gente y cada uno en una dirección distinta, era muy difícil pasar hasta para nosotras, con que un alemán grandote que se precie por allí no pasa…

Después de las fotillos de rigor y desandar los escalones estuvimos rodeando el ayuntamiento, que volvimos a coincidir con las campanadas, y seguimos el recorrido de la guía de Munich que pilló Rebeca para no perdernos, cosa que por primera vez conseguimos como unas campeonas, salimos camino al Jardín de los ingleses, al Biergarten con intención de comer y esta vez si fuimos con desvío pero no nos perdimos demasiado y vimos otros jardines muy bonitos y un puente que era una pasada (y yo sin carrete en la máquina, hay que jorobarse).

Al entrar en los jardines vimos la zona donde hacen surf, pero había cuatro chavales con pinta de guais luciéndose y cayendo todo el rato al agua decidimos ir a comer que es mas interesante, llegamos a la torre china fiándonos de los mapas y pasando por un par de zonas llenas de gante tomando el sol y si, los alemanes estaban mas morenos que nosotras.

Tras muchas vueltas por los puestos de comida al final pillamos unas salchichas y luego Rebe un bocadillo de pescado, que según ella sabía como a arenque y yo una ensaladita que necesitaba algo verde para no pillar escorbuto.

Con la barriga llena y muy felices nos fuimos a la cervecería mas grande de Europa a tomar unas cañitas. El sitio es muy curioso de ver, coincidimos además con una banda que tocaba canciones tradicionales, entender no entendíamos nada lógicamente, pero tenía su encanto, entre lo poco que habíamos comido en varios días, el cansancio y el sueño salimos de la cervecería bastante felices y contentas a pesar de haber pillado cada una la jarra mas pequeña (medio litro) y nos fuimos a ver la zona de los juegos olímpicos.

Pero qué listos son estos alemanes, han transformado la zona en un parque de atracciones con mercadillo, escenario para conciertos (pillamos uno de reagge), un lago precioso y senderillos para ir a correr, como hacía tan bueno estaba hasta la bandera y se estaba muy a gusto, además recuerdo a cierto alemán solín en su pareo al que no me hubiese importado nada hacer compañía…

Del parque fuimos a ver el estadio de fútbol, pero llegamos casi de noche y si no hay partido no cambian los colores de la iluminación, que pena. Además de camino me enteré por mi madre que me había llegado una carta del parao para hacer un curso y se había pasado la fecha…

De vuelta al albergue nos comimos un bocadillo de camino y nos tomamos unas cervezas ya de despedida de Munich, a mi me ha gustado mucho, Rebe opina que la gusta mas Berlín que la gente es mas amable, yo tampoco veo tan mala gente a los bábaros, solo mas brutos.

Al regresar a la habitación nuestros compañeros no están en ese momento, pero la nube tóxica si, como tenemos que madrugar al día siguiente, nos duchamos y dejamos las mochilas y todo preparadito y recogido para pillar el tren hacia Frankfurt.

Cuando mas dormida estaba entraron nuestros compañeros haciendo mas ruido que dos elefantes en una cacharrería y los bueno es que le oía a uno mandar callar al otro para no despertarnos, solo que hay un fallo, dos eslovacos hablando en un inglés tan raro, pelirrojos, MC no sequé y KY no sequé, grosso error, no son eslovacos ¡Son escoceses!!.

Mil perdones para todos los eslovacos que fijo que se duchan y no son tan guarros.
p.d.- la foto es lo que parece, lo foto del soli...estooooooo del parque de las olimpiadas

domingo, 9 de noviembre de 2008

crónicas del interrail 2008 (X)


hoy es el día que se conmemora la batalla de gamonal (en la guerra de la independencia española) y están haciendo representaciones por el barrio si aalguien le pilla cerca le recomiendo que se apunte, que es muy curioso de ver.


en otro orden de cosas nada nuevo bajo el sol (mejor dicho bajo las nubes que no recuerdo como era un cielo azúl), esta semana han venido los jefazos intermedios y parece ser que hemos pasado al visita con nota, pues sigo con el viaje, a ver si acabo:


Día 12 (17/8) Füssen

Nos levantamos mas tarde de lo pensado y sin vecinos ya en la habitación, salimos corriendo hacia la estación con idea de pillar un café aguado antes de subir al tren, pero no nos dio tiempo, pillamos el tren hacia Füssen por los pelos carrerita incluida porque el siguiente ya era muy tarde y al ser domingo habría mucho turista. El tren va hasta la bandera y nos toca sentarnos en el suelo con unas chicas orientales.
Al menos el revisor no nos mandó levantarnos ni nada y estaba de buen ver, como somos gafes a mas no poder, por alguna razón que sigo sin saber cuál fue el tren estuvo mas de media hora parado, al menos conseguimos un par de asientos al lado de unos rusos.

Cuando llegamos finalmente a Füssen, bastante mas tarde de lo esperado, justo estaban los autobuses y tras un debate sobre si ir andando y ahorrarnos el dinero o ir en bus por 0,70 € decidimos subir y menos mal porque había 5 kilómetros desde el pueblo hasta las taquillas.

Directitas a las taquillas y medio corriendo para acabar lo antes posible y volver para Munich, ¡qué dura es la vida del turista!, cuando llegamos hay cola pero muy organizada y va rápida, a los alemanes no les gana nadie en organización.

No conseguimos entrar en el turno de la audio guía en español en uno de los castillos, y nos decidimos por la visita en inglés para Hohenschwangau y audio guía en español para Neuschwanstein y nos vamos felizmente a desayunar, una salchicha y una coca cola, esa dieta mediterránea que no decaiga.

Como pone un cuarto de hora de camino nos vamos para Hohenschwangau y llegamos en 5 minutillos porque es una cuestecilla de nada.
Nos toca una chica a la que se entiende muy bien, a pesar de mi malísimo inglés entiendo muchas cosas y el castillo es mas bonito por dentro que por fuera, la única queja unas italianas maleducadas que van sacando fotos, hablando, empujando y molestando.

Entre una visita y otra tenemos una hora y 40 minutos y como aun no nos habíamos perdido ni la habíamos liado pues nos decidimos por ir por un camino monte a través que pone algo de ruinas del castillo de Feuerstein en alemán, pues ala, quién dijo miedo.
Las ruinas en cuestión no aparecen pero nos encontramos con varas decenas de alemanes de senderismo y ni un turista, después de mucho andar, de nuevo la marcha hacia adelante, por el monte llegamos a un lago, empezamos a rodearlo y cuando ya llevamos como medio lago nos da por mirar a nuestra espalda, y qué vemos, pues el castillo de Neuschwanstein a tomar por saco y nos queda una hora para la visita, momento de pánico. Desandamos lo andado y en vez de volver por el monte seguimos por un caminito que nos lleva a un carril bici en el que nos jugamos la vida (en Alemania primero son los perros después las bicis, después los coches y por último los peatones, por ese orden de preferencia) par acabar donde empezamos en los tickets, y según el plano son 40 minutos de subida, compramos agua con gas para no morir de deshidratación y vamos en tirantes cuando la gente va con chaqueta, no saben del calor que se pasa corriendo por el bosque por lo visto…

El caso es que subimos tan sumamente rápido que aun nos sobraron 20 minutos para sacar fotos, ir al baño, comprobar que nadie mide menos que nosotras y aburrirnos un buen rato en lo que esperábamos para entrar. Cuando entramos a la gente delante nuestro le daban la audio guía en español (un grupo de andaluces con una guía muy mal educada) y al llegar a rebeca duda entre la inglesa o la española y por reírme de ella a mi me la da en italiano, aisss.

El castillito en cuestión es la bomba, la gente se queja de que la visita es corta y cara, a mi me parece que merece la pena, el rey loco de loco no tenía nada, es el castillo que tiene que tener todo cuento que se precie, dragones de piedra tallados en las escaleras, pinturas de batalla medievales y fantásticas…. Bufff, que pasada…, por cierto que el lago en el que estábamos se ve desde el castillo a lo lejos y es donde se ahogó (para mí que le ahogaron) el rey.

La simpática guía del otro grupo va explicándoles las salas y retrasando a todos y mandando callar a toda la gente, que no todo el mundo era español ni nos interesaban demasiado sus explicaciones, incluso dice que dejen pasar a los chinos que no se callan (literal).

Ya fuera del castillo bajamos por otro camino y vamos al famoso puente de acero pero a mi me da un canguele tremendo y no me atrevo a cruzar, ya se que es muy mala suerte que justo pase yo y caiga, pero el acantilado no me inspiraba mucha confianza y yo prefiero la técnica del cobarde vivo que la del valiente muerto.

Volvemos a Munich en tren y no nos da tiempo a ver Füssen pueblo, una pena, parece muy bonito y ya si empezamos a notar frío, el tren va muy lleno pero encontramos sitio enfrente de una parejita… de orientales. La pareja en cuestión son muy graciosos porque se pasan todo el camino haciendo ñoñerías cantando y bailando en el asiento y es muy duro no reírse pero nos aguantamos las ganas por si les sentaba mal.
De camino vemos a mister Alemania y si no lo era merecía serlo, el pobre buscando sitio para sentarse, estuve por empujar a rebeca para que se sentase ahí…

De regreso al albergue ya de noche abrimos la habitación y….
¿Pero qué es esa peste?!, había como una nube tóxica, llegamos a pensar que había algo muerto en la habitación, resulta que tenemos nuevos compañeros y no conocen los beneficios de la ducha.
Ellos no están, pero tienen las camas sin sábanas, los deportivos tamaño barco encima del colchón, la ropa esparcida por la habitación….
Intentamos saber de dónde son pero ni idea, miro las tarjetas del albergue y no entendemos lo que ponen, una empieza por K y tiene sietes y la otra por Mcnosequé, como tienen monedas debajo de la almohada miramos una (no nos la echamos al bolso malpensad@s eh!!)y pone SVK, entre eso y una bolsa con un idioma imposible, tras el primer susto pensando que eran suecos y nos acababan de tirar un mito a la basura deducimos que son eslovacos y ponemos a Eslovaquia en la lista negra de países, no hay que ir nunca que no se lavan, total me meto en la ducha y por lo visto alguien a debido de lavar a un oso dentro según está, total en lo que rehago mi maleta y se ducha Rebeca entra uno de los vecinos, como me pilla sentada en mi litera y quedaba feo salir a investigar saco un poco la cabeza y digo Hi, total que me contesta un Hello que me sonó raro de narices y regresé a mi cueva, al menos se echó desodorante, que chico tan limpio. El muchacho en cuestión era un gigante pelirrojo y no llegué a verle ni la cara.

Bajamos al bar del albergue y no había ni rita, nos tomamos un par de cervecillas vemos un trozo de los juegos olímpicos, los saltos de trampolín y subimos a la una o así a dormir, tenemos a uno de nuestros vecinos durmiendo y a otro desaparecido, total nos metemos a dormir, yo no oí nada en toda la noche, pero por lo visto nuestro otro vecino debió de liar el festival de los ruidos por la noche porque llegó a las tantas y con unas tantas cervezas encima por lo que dijo Rebe que a mi me tiran una traca de petardos en la habitación y ni me entero de lo cansada que estaba…
p.d- la foto es en el lagocuando nos dimos cuenta de los lejos que estábamos, la manchita blanca es el enorme castillo de Neuschwanstein

lunes, 27 de octubre de 2008

crónicas del interrail 2008 (IX)


Sigo, sigo que ya voy acabando...


Día 11 (16/8) Munich

La peor noche de dormir de todas, despertamos a las pobres chinas, que deshicieron el chiringuito que habían montado en un segundo, madre mía que mujeres mas hiperactivas. Bajamos en Salzburgo, hacía frío, estábamos cansadas y era de noche profunda, así que Salzburgo queda como asignatura pendiente.
Pillamos el tren hacia Munich y yo me quedé dormida profunda abrazada a mi mochila, no abrí un ojo hasta llegar, al menos pude dormir un poco.

Por la buena noche que habíamos pasado y como nos habíamos calado el día anterior lo primero que queríamos era cambiarnos y ducharnos en el albergue, por un golpe de suerte no nos perdimos, y encontramos rapidito el albergue, pero como no todo podía ir bien, no nos dejan subir a las habitaciones hasta las 5 de la tarde, eso si, nos guardan las mochilas y el chico nos recomienda que vayamos a hacer turismo…

Nos vamos al centro de la ciudad, miramos la propaganda y decidimos apuntarnos aun free-tour, para hacer tiempo nos dedicamos a desayunar un café aguado con un bretzel y andar como zombis calle arriba, calle abajo, yo llego a plantearme el comprarme ropa nueva que no nos habíamos cambiado, al menos el tiempo fue clemente y hacía fresquito y no llovía, menos mal, así cantábamos menos.

Nos reunimos con los demás españolitos del free-tour, pero éramos muchos y nos dividen en dos grupos, en esto lo tenemos claro, en el que no haya niños…

La ciudad es muy chula, el tener una persona que te explica las cosas ayuda mucho, además coincidimos con una guía muy maja de Tenerife, vemos el número del reloj del ayuntamiento: unas figuras de bronce pintado a tamaño natural que representan una boda con unas justas, el baile de los cerveceros y acaba con un gallo afónico, una turistada, pero curioso y salimos rumbo a la catedral, las torres, el museo, el mercado, las cervecerías, la ópera, los leones, el novio impresionante de la chica de Tenerife….

Acabamos al mediodía y le dimos lo que pudimos teniendo en cuenta que aparte del albergue no gastábamos casi nada porque de dinerillo íbamos algo justas y fuimos a la zona de las universidades a buscar algo que comer a buen precio y que llenase o lo que es lo mismo a por unas salchichas.
Acabamos recorriendo una avenida gigante, pasándonos lo de las universidades y lo peor de todo se nos hizo tarde para comer, que en esos países se come a la hora del vermouth, yo ya tengo un hambre que no puedo ni andar y las barritas están en el albergue, como son las cinco y pico, volvemos al albergue, para variar no entendemos nada en recepción, además estamos muy cansadas, con hambre y sueño, no es nuestro momento mas lúcido del viaje precisamente…

Conseguimos llegar a la habitación, nos duchamos, cambiamos de ropa y pillamos unas barritas, ya de mejor humor y cuerpo nos vamos al centro a ver la ciudad un poco por nuestra cuenta y buscar algo para comer, que por cierto, vemos a mister Munich que lleva un bici taxi de esos y si no era mister Munich él se lo creía porque estaba de pose en la bici.

No encontramos nada económico y que nos llame la atención para cenar y se hace de noche, nos vamos por la zona del albergue que algo habrá...
Con la suerte ya de culo, encontramos un sitio pero hay cola y seguimos andando calle alante como un par de kilómetros para parar en la siguiente estación de metro y acabar comiendo un kebap para comer algo caliente, nos vamos para el albergue, esta vez sentaditas en el metro, a mi me apetece mucho tomarme una cervecita en el bar del albergue pero Rebeca está en modo Pepito Grillo y opina que no estamos para desfases y que al día siguiente tenemos que madrugar para ir a Fussen, así que nada, a la habitación.

En la habitación nos encontramos con dos japos, con pinta de japos y haciendo el japo, o sea, nada y yo gruño mucho porque quería bajar al bar y no estar con dos estatuas orientales de esas, pero reconozco que según toqué la almohada me quedé frita y no abrí un ojo hasta que ya era de día otra vez, seguimos sin persianas, hay que jorobarse…
p.d- la foto es del grupo de castellano del free tour, por ahí hay dos pequeños hobbits con pinta de no haber dormido, no haberse duchado, tener hambre y haberse calado el día antes

domingo, 19 de octubre de 2008

crónicas del interrail 2008 (VIII)




no he escrito por vaga, estoy haciéndome con el curro, después de un año tocandome las narices, con los horarios y tal y no estoy mucho por aquí, lo intentaré arreglar mas adelante, cuando recupere de paso mi vida social, que ahora solo vivo para trabajar y eso no es sano tampoco, pero en fin, voy a seguir con el dichoso interrail que ya queda poquito...




Día 10 (15/8) Zurich/Cascadas del Rhin

Para variar nos levantamos y el día estaba feo y gris, no llovía pero pintaba mal, recogimos nuestras cosas dando la tabarra a la pobre francesa (la australiana se había ido a las 4 de la mañana o así) y nos fuimos rumbo a Zurich a pasar nuestro último día en tierras suizas.

Al bajar del tren en Zurich nos acongojamos bastante, la estación era enorme, estaba atestada de gente y hacía frío y llovía, estupendo, justo el día que no tenemos albergue, decido usar la técnica inglesa a medias, me pongo los piratas para no mojar el bajo de los pantalones pero desisto de las sandalias que se me congelan los pies, buscamos las taquillas y finalmente las encontramos y menuda guerra con las taquillas porque hay muchas si, pero enanas y tienes que tener moneda pequeña, porque las grandes no sirven, al final logramos reunir los centimillos y dejar dentro las mochilas.

La oficina de turismo estaba atestada, pero encontramos una guía de Zurich en perfecto castellano, pillamos un café aguado con nuestras últimas monedillas y nos fuimos a las puertas a ver llover como los vagabundos. Mirando la guía buscamos dónde estaban las famosas cataratas del Rhin, según la guía estaban en Schaffhausen, llegamos al pueblo en cuestión pero vemos las cataratas en otro y la lluvia se transforma en una tremenda tromba de agua, chubasquero y a investigar, Rebeca decide meter el bolso dentro del chubasquero porque no va a encontrarse a nadie conocido y parece un nomo, yo toda chula digo que mi bolso no se moja.
El pueblo es muy cuco, pero jarrea y no hay cascadas, entramos en la oficina de turismo, pero como no sabemos que preguntar salimos por la puerta de atrás después de calarles el chiringuito.

Deducimos que debe de ser la ruta larga el parar en ese pueblo y vamos al pueblo de al lado dónde habíamos visto las cataratas desde el tren Stein am Rein, en el tren descubro que mi interrail gotea, junto con el móvil y todo lo demás que llevo en el bolso, salvo el interrail y el móvil y el resto pues qué se le va a hacer, tampoco se estropea…

Vemos unos cartelitos nada mas bajar del tren que señalan las cataratas, guay, empezamos a andar y se acaba el pueblo y empieza el bosque, jarreando, con frío y ni un alma, rodeando el río, yo me veo ya devorada por un jabalí, creo que fue con diferencia lo mas duro del interrail, porque tenía hambre, frío, estaba calada y cansada y las puñ%t&ras cataratas no aparecían, encima empezamos a subir cuestas, había bancos a los lados del camino, pero no era día para parar y la lluvia estaba muy lejos de parar.

Al menos ante tan desolador paisaje nos lo tomamos con humor y empezamos a decir que éramos hobbits y que íbamos a tirar el anillo a las cataratas del Rhin y que íbamos “marcha hacia adelante” la terrible frase gafe…

Empezamos a encontrarnos a gente en bici, algo es algo, y después de 2,5 kilómetros bosque a través encontramos…¿las cataratas?, NO, el pueblo de las cataratas, donde paraba un precioso tren, en fin, nos reímos o lloramos, pues nos reímos que mas agua no.

La entrada a las cataratas es 1CHF por cabeza, es una birria de precio después de la tremenda caminata, entramos, ¡qué pasada de sitio!, recomendado al 100% te metes literalmente en la cascada, es precioso, y eso que el día no acompañaba precisamente, tras mojarnos un poco mas de lo que íbamos y hacer un reportaje fotográfico a las cataratas que ya quisieran muchos famosos en el hola vemos escondido un cartelito que señala Zug (tren en alemán) seguimos el caminito escondido y qué nos encontramos, que podíamos haber bajado en ese tren, ahorrarnos los 2 CHF y encima haber ido sequitas, a reírse toca que otra no nos queda, encima nuestros vecinos de tren están tomando chocolate calentito y queso…

Viene el revisor, pero mi billete de interrail da tanto asco/pena como yo y ni lo toca.
Volvemos a Zurich y nos quedan dos opciones comemos o tomamos café, no nos llega el dinero para comida, así que pillamos otro café aguado y nos comemos las barritas, tenemos frío, los pies calados y hambre, una gran combinación, los vagabundos tienen mejor pinta que nosotras. Sobre que no nos cabía mas agua de cintura para abajo (quechua patrocinó que estuviésemos medio secas, gracias a sus chubasqueros ¡viva!)
Decidimos ver Zurich, agua como no he visto caer en mi vida, el agua bajaba por las calles como ríos, nos metemos en las iglesias para huir del agua, por cierto curiosas las iglesias protestantes…
La ciudad es muy bonita, nos perdemos varias veces como siempre, pero yo tenía la idea de una ciudad mas gris y a pesar del día me gusta mucho, seguimos la guía que hemos conseguido y no vamos a lo loco para no perder el tren, el caso es que a las 7 y hemos visto la ruta de monumentos y no sabemos que hacer , pillamos las mochilas para cambiarnos y hacer tiempo sequitas en la estación, hasta el día siguiente no tenemos albergue porque vamos en el nocturno hacia Alemania.

El baño cuesta dinero y solo puede entrar una, no queremos cambiar dinero porque ya nos vamos y no queremos comernos las moneditas con patatas, nos subimos en el primer tren que pillamos (hacia Wintertur) para usar los baños del tren, nos cambiamos, yo directamente tiro los calcetines a la papelera del tren y meto los deportivos calados en una bolsa, grave error como vi mas tarde, al menos dejé los pantalones colgando de la mochila…

Volvemos a Zurich, pero ya no podemos mas del hambre y entramos en un supermercado de la estación a por dos bocadillos y pagar con tarjeta, peor al sacar la tarjeta encuentro un billete pegado de 10CHF juro en hebreo, pagamos los bocadillos y nos da para pillar dos zumos en una máquina (por eso del escorbuto y tal) y cenar al calorcito en la estación, por cierto muy curioso, había mucha gente de fiesta en la estación, incluso había un partido de algo Suiza-Brasil con gradas y entradas y todo. ¡Qué curioso es todo en Suiza!, nuestro tren hacia Salzburgo (luego teníamos enlace hacia Munich) está en dos vías a la vez así que nos toca preguntar localizamos el tren, localizamos nuestra cabina y nos encontramos a dos chinas hiperactivas que transforman los asientos en camas a la velocidad de la luz y que intentan hablar en un inglés mucho peor aun que el mío con nosotras, apenas pude dormir, era todo muy incómodo, no encontraba postura en el asiento, me chocaba con Rebeca si intentaba estirarme, me daba cabezazos con la ventana, en un momento que abrí los ojos vi no sin pena que ya no estábamos en Suiza, no se dónde sería pero vi, avenidas enormes, carteles blancos con letras negras, bloques cuadrados, ya no había casitas con ventanas de madera, banderas suizas, flores...

Estamos ya en Alemania

domingo, 28 de septiembre de 2008

crónicas del interrail 2008 (VII)


he andado liada esta semana y no he podido seguir con la historia del interrail, es lo que tiene un curro nuevo en algo en lo que no has estado nunca, que cuesta una barbaridad pillarle el truco, de todos modos aun me escaqueo de enseñar cámas de fotos, tengo que saber que decir primero, pero por lo demás bien, mis compañeros son muy majos y eso ya hace mucho en un trabajo.


pues nada, sigo con lo mio:


Día 9 (14/8) Basilea/Lucerna

Tras llegar a la conclusión de que una de las inglesas estaba haciendo cura de sueño, dejamos las sábanas al curioso personaje del albergue y nos marchamos rumbo a la estación, como nos dio tiempo de sobra a ver Basilea el día anterior hacemos cambio de planes y vamos a primera hora a Lucerna.

Lo primero reservamos el tren de Zurich a Munich no ser que nos pase como en Florencia que perdimos hora y algo, pero no, los suizos están mucho mejor organizados y no perdemos mucho tiempo, eso si, desconfiados si son porque secuestran la tarjeta hasta que firmo la factura.

Partimos rumbo a Lucerna, pero perdemos el tren, sale un minuto antes de la hora, hay que jorobarse que puntualidad mas exagerada, desayunamos café aguado y pillamos la tableta de chocolate mas barata y grande que vemos 5.50 CHF por 400 gramos de chocolate.

Tras acribillarnos el billete de interrail que ya está asquerosete con ganas, lo primero como siempre la oficina de turismo de la estación.

Rebe está picada porque siempre habla ella, que le vamos a hacer si mi inglés es una mierda. Pues nada, me toca a mi, eso si, quedo muy bien porque la señora era muy simpática y además se la entendía, da la impresión que hasta se inglés y todo, nos describe Lucerna como a “really small city” y tras eso nos pintarrajea el plano por todas partes, con lo que flipamos un poco pues menos mal que era “small”…

Vamos al albergue y de nuevo entramos en la zona industrial, eso si, los suizos como son muy cucos, tienen un puente que puedes saltar la zona industrial pasando sobre el lago, que por cierto las vistas son muy bonitas, como llegamos muy pronto nos permiten subir a las habitaciones a dejar la mochila, pero nos tenemos que ir y dejar el DNI de Rebeca, porque la reserva está a su nombre, con lo que va indocumentada, menos mal que tiene el de conducir que en una mala sirve…

La “really small city”, es la segunda ciudad mas bonita que he visto nunca, muy muy muy cerquita en el ranking de Berna, pasamos lo primerito por el puente, que es precioso y está lógicamente atiborrado de turistas, además hace un día medio soleado y con calorcito. El puente en cuestión tuvo un incendio gordísimo en el 1993, que destruyó mas de la mitad, lo han reconstruido, pero por desgracia las pinturas del interior se perdieron en su mayoría y han dejado metacrilatos sustituyéndolas, una pena…

Tras comprobar que el casco viejo es una pasada de sitio con casas de cuento y millones de tiendas carísimas haciendo un alarde de fuerza subimos a ver las murallas, menuda
cuestecita….
Como llegamos con la lengua fuera nos zampamos el chocolate para recuperar fuerzas, que por cierto estaba buenísimo, o era el hambre, no se y menos mal porque nos encontramos con un montón de escalones empinados para subir a la muralla, eso si, la vista desde la muralla una pasada, ¡qué bonito es Lucerna!, aunque para variar empiezan a asomar sobre las montañas unos nubarrones muy feos y muy negros.

Decidimos ir a ver el monumento del león, que está en la otra punta antes de que se nuble y diluvie, que ya nos conocemos como se las gasta Suiza con la lluvia y de camino nos encontramos con una legión de orientales sacándose fotos con los cisnes, anda que no habrá nada mejor…

El monumento es una pasada, pero tenemos un error de cálculo, esta vez no nos perdimos, por una vez, pero al llegar no había nadie, nos quedamos mirando al leoncillo y el estanque y leyendo los cartelitos y aparece una horda de turistas que se plantan en medio y no dejan hacer una foto, pues nada, nos sentamos en un bordillo y a esperar tranquilamente, en estas que vemos pasar una parejita con pinta de españoles (yo pensaba que no, pero se nos diferencia a leguas) y en lo que estamos agudizando oído para ver si son españolitos o no, aparece el resto de la familia con un chico que tiene una camiseta de Camarón, vale, duda despejada.

Tras el reportaje de rigor, nos hemos acabado de ver la ciudad, ya es por la tarde y está refrescando, vamos al albergue y aunque nos cuesta un triunfo entendernos, pagamos y subimos a la habitación, nos encontramos con una australiana muy simpática que nos enseña las cosas que ha comprado y nos comenta que Suiza es cara, el caso es que a las 6 se mete a leer a la cama y nosotras le dejamos en la habitación para no molestar y decidimos ir a Zug que está cerca y parece bonito.

Antes de salir del albergue me doy un susto muy gordo con la cámara, se me resbala cuando estoy hablando por teléfono y estampa en el suelo, eso si, con la funda puesta (la distancia sería como de 20 centímetros de caída o así, que se ha llevado golpes mas gordos) total, salen las pilar por un lado la tapita por otro y la chapa de dentro por otro, aparte se queda el filtro incrustado en el objetivo de la cámara, tras una dura pelea gano yo y la cámara queda aun mas ruinosa pero en funcionamiento y con la pila amenazando acabarse, pues poco mas menos como estaba antes…

El tren hacia Zug tiene unas siglas raras y no sabemos si tenemos que pagar, así que vamos a las taquillas y tenemos un serio problema de comunicación, entre que el chico no escucha lo que decimos y nosotras no entendemos mucho lo que dice, nos manda ir a por el tren que va a salir, pero no queremos eso, ya lo vemos en los carteles, es si vale el billete, pregunta a Rebeca si es rusa y ya desistimos de ir a Zug, el tren lo íbamos a perder, son las 6 y pico y se está poniendo realmente feo el día…

Decidimos dar un paseo sin rumbo fijo y nos encontramos con un ajedrez gigante y un gato clavadito a Fausto pero en listo, debe de ser su primo suizo, no puedo hacerle una foto porque está debajo de unas bicicletas intentando cazar, no voy a molestar a familiares de mi gato.

Pasamos por los jardincillos de al lado del lago y vemos la zona de los chavalillos que van de malotes y la zona donde están los mas mayores haciendo deporte, madre mía los suizos…

Ya como empieza a anocheces nos retiramos, como la australiana está felizmente roncando (literal, parecía un oso) nos duchamos y vamos en busca de comida, se hace de noche y no encontramos nada, aprovechamos por primera vez la cocina del albergue y compramos fideos chinos para poder comer algo en caliente, cuando vamos a ir ya a dormir, empieza a diluviar como solo sabe hacerlo en Suiza, cotilleamos desde la ventana a los chavales que estaban todavía pro el parque que huyen despavoridos y nos metemos a dormir, ahora tenemos también a una francesa (creo), pues nada, a dormir a ver si descarga tanto por la noche que ya no cae mas al día siguiente…
p.d- la foto es del puentecillo...

domingo, 21 de septiembre de 2008

extremoduro en aranda


voy a saltarme el coñazo del interrail para explicar el bonito concierto que el grupo de ese (ex?)yonki llamdo roberto iniesta dieron en aranda de duero, extremoduro

por poner en antecedentes:

una que ya tiene una cierta edad y ha visto ya muchos conciertos en su vida, vió a estos fulanos en el año 94 en logroño en las fiestas de san mateo, recién sacadito el pedrá, y fue mi primer concierto, lo cierto es que extremo nunca me han acabado de gustar, me pasa como con marea, la fuga y todos estos, para mi gusto los veo algo flojines, pero tras una semana pensandomelo, al final me decidí a ir, la entrada me parecía un robo, pero el robe tiene una pata en la tumba y no vaya a ser que se muera y no los haya ido a ver...

tras ir a recoger al curro a una amiga que ha cambiado turnos en la fábrica y ha hecho la de dios para poder ir, llegamos a aranda, aparcamos y como no se puede meter bebida (lógico) en el recinto y no te dejan salir una vez entras (QUÉ???!!!) decidimos tomarnos fuera unas cervezas que habíamos llevado, no ibamos a quedarnos de fiesta porque había gente que curraba el sábado y no ibamos a ponernos hasta las cartolas, aparte si bebes no conduzcas.

entramos a eso de las 11 aunque la entrada ponía a las 10, pues que bien... el caso es que a y 15 o asi empiezan, salen y empiezan fuerte, yo no tengo nada suyo desde el agila (cintilla original entre otras), con lo que si las canciones no son viejas no se cuales son, pero tocaron deltoya fijo, bien por cierto, y a partir de ahí se jodió el invento...

ahora como todos somos unos señores dignos y respetables igual hasta nos venden la moto de que limpios de pecado y vicios pues no se toca porque hay un grupo de unos 20 crios del pueblo vestidos de peña que están desde fuera del recinto viendo el concierto de pena (si no veía yo desde dentro y al lado del chiringuito del sonido...), pataleta de niño pequeño y a la mierda.

según el drogadicto, ahora gran poeta y ser culto, estaba defendiendo sus derechos y los de toda la gente que ha pagado la entrada. no me toques los pies, en vez de 20 crios haciendo el tonto y que posiblemente se hubiesen pirado a la verbena el veía billetitos de euros.
a mi no me molestan y si no te llega para vicios puedes probar levantarte a las 5 de la mañana cosa que dudo que hayas hecho en tu vida por lo poco que te importa el sudor ajeno y trabajar como un perro como hacemos los demás.
yo he pagado y quiero ver el concierto, a mi me pagan en el curro y me exigen que rinda, a eso se le llama ser profesional, un poeta debería saberlo.
los precios de la barra de flipar, la cerveza a 6 euros, el calimocho agotado y cubata a 15 euros, pues que bien...

después del numerito de llamar a la policía,(que estuvo tremendamente coherente y chapó por ellos, que se podría haber montado buena ) y echar a los crios DE LA CALLE "este estado policial tiene que acabar...[extremo dixit]" empieza de nuevo, a mi ya me hervía la sangre por la infamia , pero aun así y después de gritar pesetero hasta quedarme medio afónica siguió el concierto.

al igual que a mí a mas gente le hervía hasta los intestinos por lo que salieron fuera entrada en mano a ver el concierto, y ahí el que "se estaba haciendo una carrera y no era en la universidad [extremoduro dixit]" , dice muy digno, descanso.

yo de cuadros, descanso???, para qué??? esto es una verbena?? pues ya es cara la verbena... al menos evaristo de la polla, mucho mas digno y profesional que este despojo humano que es el señor iniesta, en los descansillos que hace reconoce que se va a empolvar la nariz....

a la 1 no han salido, mosqueo general, la gente curra, no como tu desgraciado, yo reconozco que entro en modo matar, le llamo de todo menos guapo, insisto en salir fuera, reconozco que su madre era una santa pero el es un hijo puta.

en lo que yo estoy cagandome en sus muelas sale uno de la organización, "roberto no sale hasta que la gente de ahí fuera no se vaya", los de fuera entrada en mano y en alto, los de dentro abucheando y gritando manos arriba esto es un atraco "pues hasta que no esté todo el mundo en las zonas habilitadas" desde dentro hijos de puta y peseteros y ya la gran frase, "pues os devuelven el dinero..."

aquí alguno se chinó y dos vallas pasaron a mejor vida, pero por suerte nada mas.

ya con al vena del cuello a punto de ebullición leo las condiciones de la entrada si hay medio concierto no se da el dinero, ummm me da que no vemos un duro, pero por mi que se meta los 22 euros por el culo, por la vena o por donde le de la realísima gana, que al menos están ganados honradamente y no por estafar como él.

por lo visto, ese personajillo llamado roberto iniesta no entiende mucho de cuentas una vez que se le acaban los dedos, pero había mas de 5000 personas con entrada, hasta se puede ser rober y ver que es mucha pasta.

salen de nuevo, pitadas, cachis volando e incluso una botella que por desgracia no acertó en su objetivo aunque no hubiese pasado nada, cabeza hueca no sufre.

cobarde como solo puede serlo él, toca canción tras otra sin descansos para no oir los insultos, especialmente gratificante la canción de so payaso, donde todo el mundo gritaba el estribillo y le señalaba, muy técnicos si, pero si quiero oir sonido perfecto me pongo en mi casita cómodamente sentada un cd y si quiero ver algo técnicamente perfecto y a mucho nivel me voy a ver a alexi laiho de children of bodom, que para eso es de los mejores guitarristas del mundo y no a un (ex?) yonki descerebrado al que se le va tanto que ya no sabe ni lo que dice la mitad de las veces.

el cobarde huye y acaban el concierto en instrumental mientras el se subía en la furgoneta, bien campeón, que grande eres...

no puedo hacer nada para sentirme mejor asi que quemo la entrada y al llegar a casa tiro mis cintas, es verdad que no van a notar que yo les odie, ni que jamás compre nada suyo, ni les vea jamás en concierto, pero nunca se meterá mierda a costa de mis riñones y mis madrugones...

he visto a reincidentes romper una cuerda del bajo, a def con dos quedarse sin luz, a s.a con problemas de sonido que no se oía nada, a eskorbuto con solo uno vivo mas un idiota de cantante, al batería de a palo seko caerse de borracho encima de la batería, a uno de dover dando saltos todo puesto en pelota picada, a piperrak confundirse de canción.....de ahí hasta lo que parece imposible, el batería de apocalyptica confundiéndose, pero jamás, jamás, jamás vi un concierto tan sumamente malo y con la gente mas enfadada que este y de verdad que he ido a muchos.

nunca mas SO PAYASO

aprende técnica si es lo único que quieres mostrar, igual aun no eres demasiado viejo aunque le saques casi 30 años aquí al mozo:


que tengas lo que te mereces cabrón

martes, 16 de septiembre de 2008

crónicas del interrail 2008 (VI)

hoy me voy a poner mas pesadita si cabe para acabar antes la historia del interrail.


por cierto, igual consigo curro que me han llamado de fotoprix para una entrevista y ha ido bien, a ver si hay suerte y si no pues nada, a buscar otra cosa, que algo tiene que salir.


Día 7 (12/8) Interlaken/Berna/ Lausanne

Nuestras entretenidas compañeras coreanas tuvieron el bonito detalle de despertarnos a las 7 cuando ellas se levantaban a echarse en la cara todos sus potingues que no son pocos por cierto, que barbaridad…

Cuando al fin se marchan nos levantamos a mirar por la ventana por si podemos subir al Jungfraujoch, pero nuestro gozo en un pozo, está muy nublado y con niebla relativamente baja, cambio de planes, opción B, recorrer media Suiza para ir al sureste, Ginebra está excesivamente lejos y tampoco queremos encontrarnos de morros al acelerador de partículas, que se ve que solo yo lo veo como un peligro muy gordo (pero yo soy de letras, eso es brujería).

Descubrimos que tenemos compañeras que llegaron por la noche con unos maletones que ocupan media habitación (ni taquillas ni cerrojos en la puerta), bajamos a desayunar de nuevo pan, café aguado, con las tarrinas esas que hacen de leche, queso y mermelada, el primer día estuvo bien, pero ya nos cansamos de pan…

Legamos a la estación y como queda un ratito me meto en la tienda de la estación a comprar unos sellos para mandar unas postales (a mi gato que no es que esté loca, es una broma que siempre hago cuando me voy de viaje, a la esquirol que se rajó en el último momento para darle envidia, a una amiga que es su cumpleaños y a mis excompañeras de curro), total que tengo yo todo preparadito para hablar en mi estupendísimo inglés a la dependienta, pero la moza me contesta en alemán. Probablemente si no hubiese sabido nada de alemán no hubiera tenido ningún problema, pero ay madre, me bloqueo, se me va a la porra mi discursito en inglés, ya no se en qué contestar y ante las dudas empiezo a hacer gestos de molino desacompasado, parecía que estaba haciendo el baile del pañuelo, la chica me mira toda flipada y me dice: Spain?.
Ya me entra la risa y la digo que si con la cabeza, se ve que los españolitos debemos de montar siempre el número, pero que buen inglés tenemos en su mayoría, ainssss. Por supuesto que tampoco me sale cuatro y se lo digo con los deditos, ya me entra la risa y la chica que se estaba conteniendo por educación ya tampoco se reprime y empieza a reírse, por lo menos la entretuve un poco que tenía pinta de seria y aburrida…

El tren es un IC y es una pasada de tren de dos pisos, tenemos que hacer transbordo en Berna, aparece el revisor, que en estos trenes si hay y empieza el suplicio del pobre billete de interrail, le pican, y la tinta Suiza no se que lleva pero se pueden hacer tatuajes con ella…

Llegamos a Berna sin problemas y hacemos cambio de tren, hay mucha gente y todos muy altos y con prisa, tenemos que andar esquivando a gente para que no nos arrollen.

Camino a Lausanne empieza a llover a lo salvaje, pero el paisaje desde el tren es espectacular, si es que hasta la lluvia le queda bien a Suiza, todo es precioso, aparece el revisor y al ver los billetes de España, nos dice buenos días y buen viaje, qué maja es la gente, así da gusto…

Llegamos a Lausanne y sigue jarreando, nos ponemos el chubasquero y decidimos bajar al lago, hace frío, llueve a cántaros y de cadera para abajo estamos caladas, de remate, hay niebla en el lago y no se puede ver nada, buscamos algo para tomar un café y entrar en calor y no encontramos mas que restaurantes, nos empezamos a agobiar, vemos un supermercado y nos metemos a comprar comida, bocadillo frío y un pastelito recién hecho caliente de postre.

Nos ponemos en la puerta a comer cerca de un vagabundo y enseguida tenemos nuestra propia tribu de gorriones que aceptan hasta comer de la zapatilla, hasta los gorriones suizos son confiados, el vagabundo nos mira, se levanta y en vez de pedirnos dinero que es lo que todo el mundo pensaría, cuenta las moneditas del bolsillo y entra a comprarse un pastelito, le hemos dado envidia, qué país mas extraño…

De regreso al tren encontramos al fin una cafetería, nos clavan dos euros por cada café, pero al menos estamos sentadas al calorcillo y nos secamos, no han estado mal invertidos.

Intentamos ver Berna, pero allí también jarrea, además es hora punta y los trenes van a rebosar, esquivamos para salvar la vida que los suizos son muy altos y nos dicen algo de teléfono pero no entendemos, ya lo entenderíamos mas adelante…

Nos toca ir de pie hacia Interlaken, y poco antes de llegar deja de llover, a buenas horas, vamos al albergue a cambiarnos, ducharnos, dejar la ropa a secar y a despotricar de las coreanas tan simpáticas que nos han despertado, una de las chicas de los maletones está allí y después de mucho rato nos pregunta que de dónde somos en perfecto castellano., muy bonito, nos entiende, pero prefiere escuchar la conversación primero, son americanas, pero ha vivido en Madrid y su madre es venezolana, quedamos en bajar luego con ellas por la noche a tomar algo en el bar del albergue, ellas dice que se van acostar pronto porque van a Paris (americanos…) y nos vamos en busca de comida.

No encontramos nada comestible económico y no queremos mas hamburguesas, vemos el casino de Interlaken (desde fuera, claro) y la zona de los jeques y su séquito de mujeres vestidas de riguroso negro y tapadas todo menos los ojos, empieza a llover de nuevo y volvemos al refugio a cenar unas barritas energéticas salvavidas.

Las americanas no llegan y nosotras preparamos las mochilas para salir pronto y nos acostamos.


Día 8 (13/8) Interlaken/Berna/ Basilea

Nos levantan las [censurado] coranas con sus potingues otra vez, empiezo a odiarles.
Aunque parezca increíble el cielo está azul, que rabia, al menos en las cumbres hay niebla, tampoco hubiéramos podido subir.
Pillamos las mochilas, las americanas están fritas, han perdido el tren, bueno, ellas sabrán y bajamos a desayunar, Rebeca cambia el desayuno del pan por el de los pajaritos, muesli y un plátano, yo pillo el del pan y me guardo en el bolso, estamos en modo vagabundo…

Cuando estábamos en la estación, vemos pasar a las americanas, a buenas horas. Camino a Berna viene el revisor mira el billete y ya está, en la siguiente parada, viene una chica mira el billete y lo pica, mas tinta indeleble, estupendo, ya entiendo lo del queso gruyere.

En Berna, damos un par de vueltas por la estación hasta que nos orientamos, dejamos las mochilas y vamos a turismo en la misma estación, nos dan un planito y nos explica un poco por dónde ir.

El día es precioso y la ciudad mas, de las ciudades que he visto en mi vida, creo que es la que me ha parecido mas bonita, igual fue el sol o los suizos trajeados, no sabría decir, pero entiendo porqué es patrimonio de la humanidad. Es increíble. Lo que no me hizo mucha gracia fue el foso del oso, pobre animal.
Vimos la casa de Einstein, había que pagar 10CHF y no entramos, si supiésemos que nos íbamos a volver igual de inteligentes si los hubiésemos pagado, pero solo íbamos a ser mas pobres.
La catedral estaba con andamios, pero el parquecillo de detrás tenía unas vistas exageradas de bonitas, hay restaurante, pero nuestra economía no nos lo permite. Nos tomamos un café, eso si.
A pesar de lo bonita que es, nos vemos la ciudad en 2 o 3 horas y porque nos parece tan espectacular que cada dos pasos estamos parando, además no se oyen coches, los que hay, si vas andando por la carretera en el casco histórico porque las aceras son estrechitas, van a tu ritmo sin pitarte ni nada hasta que te das cuenta y te retiras, el transporte urbano son trolebuses eléctricos y no hay humo de tubo de escape, todo está lleno de banderas suizas, pero es que queda bonito, es mas, ya no se si fue delirio mío, pero juraría que me olía a suavizante por las calles y hasta oíamos a alguien tocar el piano desde una casa, si de verdad existe el paraíso se llamaría Berna…

Aunque es pronto vamos rumbo a Basilea, al menos podremos dejar las mochilas. Y ahí descubrimos que Rebeca se ha dejado los papeles de los albergues en Florencia, bueno, tampoco pasa nada, es cuestión de entrar en Internet y sacar de nuevo una copia de las reservas, pero de momento estamos algo pilladas, por lo menos sabemos el nombre del albergue, siempre se puede preguntar.

Como siempre acabamos teniendo una suerte tremenda, en uno de los panfletillos de la oficina de turismo de la estación viene la dirección del albergue y vemos en el mapa de la ciudad que nos dan que está muy cerca. Empezamos a andar y ¡oh sorpresa! Dónde debería de haber un albergue hay una especie de nave industrial con pinta de ocupa, con un par de bares, una llamémosla galería de arte alternativo y una cosa rara que hacen actividades para los niños, al fondo vemos el cartelito del albergue, es raro pero la verdad es que el ambientillo es muy chulo.

El chico que lleva el albergue, es muy curioso, muy pintoresco (si llega a ser Ámsterdam no hubiese dudado…), muy simpático y su inglés es tan malo que le entendemos perfectamente, nos da unas sábanas muy feas y nos manda para la habitación, por cierto la consigna era la barra del bar/recepción, porque a su espalda tenía apiladas un montón de mochilas de mala manera…

Dejamos las cosas, hacemos la cama de sábanas feas y nos vamos a ver la ciudad, después de Berna, nada puede ser bonito, pero Basilea no está nada mal, aunque es distinto a lo que llevamos visto de Suiza, a mi me recuerda a Alemania, debe de ser porque está muy cerca de la frontera y es una ciudad industrial, ahí me llevo el susto, se me están acabando las pilas de la cámara y ya cuestan una pasta en España,¡me voy a dejar el sueldo en dos pilas en Suiza!!
La catedral es muy curiosa, es de color rojo, y tiene unas vistas preciosas, hay un barrio de cuento, me da la sensación de que de un momento a otro van a pasar Hansel y Gretel y van a pegar un mordisco a una de las casas. El ayuntamiento es una pasada, también en rojo con pinturas y esculturas medievales en el interior, unas gárgolas peculiares con forma de cerdo y te puedes meter hasta la cocina como quién dice, qué confiados son estos suizos.
Cruzamos el río y damos un paseo por la orilla, la gente se baña y se pasea por media ciudad en bañador, cosa que nos choca mucho, vemos también a muchos descalzos, otros tomando el sol y varios comiendo, que son los que mas envidia nos dan, porque están delante de nuestras narices zampándose un pollo asado.

Descubrimos lo del teléfono, un chico pidió un teléfono a un grupillo de chicas que estaba cerca nuestro, una se lo dejó hizo una llamada y aunque no entendí ni torta (es alemán suizo es extraño pare alguien que solo tiene primero de la escuela de idiomas), deduje que le dijo algo así como llámame a este número, colgó le llamaron y estuvo hablando un ratillo, le devolvió el teléfono a la chica y se fue tan felizmente y tan descalzo. Eso era los que nos pedían en Berna, debe de ser algo normal en Suiza, yo miraba como una paleta toda la historia…

Nos perdemos de nuevo (la marcha hacia adelante no funciona mucho) y eso que llevamos plano, un señor trajeado con el maletín del portátil nos rescata y nos manda para la zona turística, por cierto que nos habla en alemán, pero es tan expresivo y habla tan despacio que le entendemos perfectamente, qué maja es la gente.
De camino encontramos una iglesia preciosa, en un barrio residencial igual de bonito, a la que sacamos un montón de fotos.

Empieza a anochecer y a refrescar, vamos hacia el albergue, de camino nos encontramos con la embajada y pensamos en entrar a pedir comida en condiciones, al final en la estación entramos en un supermercado a comprar los bocadillos mágicos, yo por cambiar pillo una ensalada y decidimos coger una cosa de pasta también que era lo mas barato, y por error una botella de agua con gas que ponía natural (¡ja!), entre el agua con gas, los ventanones gigantes y ni una persiana…

Me zampo lo mío, Rebeca dice que la pasta sabe a rayos y me la regala porque yo me he comido la mía a la velocidad del rayo, total pruebo la suya y sabe a gasolina, el caso es que no está caducado, el estómago de Rebeca empieza a hacer ruidillos y decidimos que está envenenada.

Regresamos al albergue a ducharnos y nos encontramos con compis, estas parecen inglesas, antipáticas y de las que se meten a la cama a las 7 con un libro, en fin…
Al salir de la ducha me fijo en un cartelito y reafirmo que el chico del albergue es todo un personaje, son fotos suyas limpiando las duchas y los baños para que veas que todo está limpio…

Nos metemos en Internet para buscar las direcciones de los albergues y dar señas de vida vía mail, contando la experiencia de la pasta envenenada y de lo bonito que es Suiza y lo maja que es la gente.

Nos retiramos a dormir, no vaya a ser que molestemos la lectura de nuestras compañeras, seguimos sin suecos…




p.d- la primera foto es de berna y la segunda del ayuntamiento de basilea por dentro

viernes, 12 de septiembre de 2008

crónicas del interrail 2008 (V)


se acerca el invierno...


si alguien conoce los libros de george r.r. martin habrá reconocido la frase, por cierto que ganitas de que saque ya el último libro de la saga, aunque parece ser que jon nieve no es tan bastardo...


en fin, en otra línea de cosas y conjeturas varias, sigo con la crónica de marras:



Día 6 (11/8) Spiez/Interlaken

Nos despierta el revisor y nos devuelve el interrail, el DNI y nos da un pack desayuno, bollería, zumo y nos pregunta por café. Pasando del café que un tren no es el sitio mas cómodo para tomarlo (aunque luego nos arrepentimos porque no volvimos a tomar un café en condiciones en lo que quedó de viaje)
Finalmente llegamos a Spiez y abajo. Afortunadamente, el destino estaba de nuestra parte y según bajamos llegó el tren hacia Interlaken, la distancia es muy poca, pero en lo que llegábamos amaneció, que por cierto, ¡qué bonitoooooooo!

Total llegamos a Interlaken y empezamos a seguir las señas que teníamos del albergue, que si cruzar una glorieta bla, bla, bla y seguir los carteles, en ello estábamos cuando en un cruce ni hay cartel ni nada, decidimos seguir recto, cuando pasa un señor en bici (¡ A las 5 y pico de la mañana!) y nos señala otro camino, el bueno, porque los suizos igual otra cosa no, pero a cívicos, serviciales y amables no hay quien les gane (y a guapos lo dudo).

Llegamos al albergue y cerrada la recepción, claro, las 6 de la mañana no es la mejor hora para llegar, nos sentamos en un banco a la puerta en plan vagabundo, a estas que sale un chico del staff y nos invita a un café para que no esperemos en a calle ¡pero qué maja es esta gente!!. Ya que estábamos pillamos un desayuno por 3 euros, un pan de esos que Heidi guardaba a la abuelita, que tela, las tragaderas que tenía que tener la señora a su edad, porque de verdad que costaba acabárselo, dos rebanadas de pan gigantes, queso, mermelada y mantequilla. No teníamos francos suizos, pero nos dejaron pagar en euros siempre que fuese en billete y las vueltas nos las diesen en francos suizos.

Finalmente hacemos la admisión al albergue y la chica suelta una parrafada tremenda, Rebeca la mira raro y yo digo si con la cabeza, muchos ajas y un par de yes y ok. Por supuesto, yo no me había enterado de nada y Rebeca pensaba que me había enterado yo porque ella no lo había entendido. Menos mal que una chica nos llevó casi de la manita a la habitación porque nos vio perdidas por el albergue, pero qué majos. Hicimos una entrada espectacular en la habitación, abrimos la puerta de par en par y nos encontramos con un montón de coreanas vistiéndose, decimos hola y nos damos media vuelta y nos vamos porque las camas aun están ocupadas. Las pobres chicas se quedarían flipadas.

Dejamos las mochilas literalmente en medio de la calle, que los suizos aparte de todo son excesivamente confiados (¿Quién va a llevarse una mochila que no es suya?) y nos vamos a dar una vuelta.

A saber cómo, acabamos campo a través por un paisaje precioso, se veían los Alpes aun con nieve, todo verde, hacía sol, calorcillo… vamos un asco de sitio de lo bonito que era. Decidimos volver y nos encontramos con un paisano paseando al perro que nos ve con cara de perdidas y en una mezcla de inglés/alemán /italiano nos dice una ruta muy bonita que pasa al lado del río, va hacia el lago y vuelve a Interlaken, le damos las gracias, que majete. La ruta preciosa y vamos a parar a un pueblo que yo le llamé el pueblo de relojes de cuco, ¡qué estrés!, vacas en los prados, todo casitas de madera con supercochazo a la puerta, con florecitas, enanos en el jardín … ¡si solo les faltaba sacar un gallo por la ventana en las horas punta!, a mi me da una subida de almíbar de lo empalagoso, que asco de sitio, ¡todo es bonito! El lago en cuestión es como 50 piscinas olímpicas juntas mas o menos, con sus patos, sus barquitos y todo eso, volvemos hacia Interlaken.

Como seguimos sin poder entrar en el albergue pillamos el chubasquero porque empezaban a aparecen unos nubarrones algo feos, vamos a cambiar nuestro dinero en dinero local, tras muchas vueltas no encontramos nada, acabamos sacando dinero en un cajero y vamos hacia el otro lago para hacer tiempo y eso.

Vamos bosque a través, nos encontramos con mas casas/reloj de cuco todas con su banderita suiza, acabé convencida de que los suizos tienen la banderita tatuada en el culo, madre mía, qué de ellas. Llegamos al lago, si el otro eran 50 piscinas este deben de ser 100, pero se nubla todo el cielo y aparece un viento muy poco simpático, parece ser que Suiza va a enseñarnos por qué es tan verde, bonita y llena de lagos. Regresamos hacia Interlaken, viendo antes un castillo en ruinas que nos encontramos en medio de la nada y que nos da un poco de mal rollo, muy bonito y eso, pero está muy oscuro y decidimos no meternos dentro, la técnica del cobarde vivo.

Según llegamos a Interlaken, empieza a llover, decidimos ir a Spiez, total, hemos usado el interrail ese día, allí jarrea, bajamos al lago, gran invento el del chubasquero, pero mis pies calados no opinan lo mismo.

Si hay un animal con el que nunca he podido, son los cisnes, son bicharracos asquerosos, con todas las letras. Pues bien, nos asomamos al lago y ¿quiénes vienen a saludarnos? los asquerosos cisnes…Por lo demás Spiez es precioso, está en un valle, al lado del lago, con unas torres preciosas y un par de casas estilo palacete de lo mas bonito, lástima que el día no acompañe, volvemos a Interlaken.

Conseguimos entrar en la habitación, siguen las coreanas, qué diversión, en fin nos duchamos dejamos la ropa secando y nos vamos a cenar algo, acabamos en un Mcdonals comiendo una hamburguesita enana porque era la mas barata, que por cierto, tampoco estaba demasiado de buena y volvemos al albergue. En el albergue tienen montado un fiestorro tremendo, pero todos son ingleses, para no ser unas autistas en un huequito de una mesa y sin hablar con nadie decidimos ir a dormir, a llorar por lo torpes que somos con los idiomas y a cruzar los dedos para que al día siguiente no llueva y podamos subir al Jungfraujoch…
p.d- la foto es del pueblo de relojes de cuco, que no he encontrado su nombre en los mapas, porque es un pueblo muy pequeñito, si lo encontrase algún día ya lo editaré

lunes, 8 de septiembre de 2008

crónicas del interrail 2008 (IV)

me estoy enrrollando mucho, que me he dado cuenta, voy a juntar hoy los dos días de florencia, que total, tampoco hicimos tanto (solo ver la ciudad entera...)


por cierto el 29 de noviembre concierto de norther en madrid, no se quien irá, pero yo también, no me lo pierdo!!!


Día 4 (9/8) Florencia

Para un día que no teníamos demasiada prisa nos dedicamos a descansar y a levantarnos un poco mas tarde, bueno poco mas porque nos levantamos a las 10 o así…
Ese día si que dormí como una bendita a pesar de que seguimos sin persianas, que dolor.
Ya nos decidimos a levantarnos y conocemos a nuestra compañera nueva de cuarto, porque por la noche no estaba, es una inglesa, muy simpática por cierto, la verdad es que se la entendía de maravilla, le digo que el inglés no es lo mío, pero bueno mas o menos conseguimos comunicarnos, estaba recorriendo el sur de Europa, de Italia iba a pasar a Francia y a España.
Nuestro amigo el mexicano vuelve, al final ha decidido quedarse un día mas y tiene que cambiar de habitación, nos despedimos de los dos y nos vamos a recorrer mundo que a eso hemos ido, los dormilones están desaparecidos.

Lo primero de todo hay que desayunar y tenemos que ir a la estación a reservar el billete para el nocturno a Spiez (Suiza), este nos toca pagar y hay que reservar. El desayuno, esta vez no nos lo curramos mucho, lo primero que vemos al lado del albergue, por cierto el café muy bueno, la bollería muy rica y el camarero de buen ver.

Al llegar a la estación una cola impresionante, solo 3 taquillas abiertas y el aire acondicionado debe de ser otra leyenda urbana, como las persianas. Delante de nosotras, una pareja de torres rubias que en la hora larga que estuvimos en la estación apenas se hablaron (y eso que poníamos oreja a ver si descubríamos de dónde eran, pero debían de comunicarse por telekinesis).
Cuando ya nos va a tocar y estábamos felices, contentas y deshidratadas, viene un notas y nos dice que si puede hacer una pregunta que es un minuto, por mi no, pero hay que ser educados y tal y le dejamos, total que nosotras esperamos a que acabase una señora muy pesada con 200 maletas, reservamos el billete por cierto 30 euros por cabeza, casi nada, y nos fuimos y el de la preguntita seguía ahí, qué desgraciado, está en mi lista negra internacional, nosotras también era para una cosita, solo una reserva…

Encontramos la oficina de turismo enfrente de la estación y cogimos un mapa de Florencia por un euro en el que viene todo marcado y nos vamos a explorar.

Por cierto por si alguien va a Florencia y decide ir rellenando la botella de agua por las fuentes, primero cuesta una barbaridad ponerlas en marcha (hay que girar una especie de piña dorada) y segundo el agua es caliente.

Lo primero, la Piazza de Santa María de Novella, que está al lado, metemos el cabezón en la puerta a ver lo que podamos, porque hay que pagar y somos ruines y vemos el claustro hasta la taquilla de los tickets, dónde nos volvemos. Lo bueno de Florencia, es que todo es precioso y todo está cerca, en uno o dos días se puede ver y no defrauda.

Vamos hacia la Piazza del Duomo y alrededores. Calles estrechas, con palacios renacentistas impresionantes y muchos turistas, pero es lo que hay, llegamos al Duomo o Iglesia de Santa. María de las Flores, corazón y emblema de Florencia. El exterior está lleno de mármoles de colores, la verdad es una catedral espectacular y de nuevo, llena de turistas. Nos asomamos a la puerta y sorpresa, ¡ES GRATIS!!, debe de ser lo primero gratis que vemos en toda Italia (el Vaticano es otro estado ¡eh!), de nuevo la historia de los tirantes, yo me libro porque llevo una camiseta de tirantes muy anchos, pero a Rebeca le ponen una bonita capa de papel azul con un agujero para sacar la cabeza, lógicamente todavía me estoy riendo de ella, pero por lo menos aquí te piden algo y te facilitan el cómo cumplirlo, no como en el Vaticano.
Por desgracia a la cúpula de Brunelleschi no subimos, la vista dicen que es preciosa, pero son 10 euros y queremos comer de cuchara y tenedor y en una mesa, como la gente normal y las Puertas del Paraíso tenemos que verlas de lejos, porque están tomadas por una tribu de japoneses.

Vemos los alrededores y nos dan un montón de papelitos de sitios para comer, cuando ya nos entra la gusa y teniendo en cuenta el horario europeo, nos vamos a comer por 10 euros un menú del día, en mi caso un plato de pasta una ensalada que me supo riquísima y un café, rebeca cambió la ensalada por pollo y según ella era el mas rico que había comido, pero también es cierto que teníamos muuuuucho hambre.

Con las pilas puestas nos vamos para la que yo siempre he llamado la plaza mas bonita del mundo, he estado 3 veces en Florencia y cada vez me parece un sitio mas bonito:
La Piazza della Signoria, eso si de camino vamos cámara en mano sacando foto de todo, que estrés, todo es bonito.

Al llegar a la plaza, si de por si es bonita, tenemos hilo musical, un ruso tocando la guitarra y muy bien por cierto, pasamos hacia el Ponte Vecchio, porque si, es muy bonita la Galería de los Uffizi, pero no hay tiempo, quizá en otra ocasión, quién sabe…

Vamos hacia el palacio Pitti, que si no es muy caro entramos y tacháaaan, 12 eurazos del ala, con las mismas nos vamos, pateamos toda la zona del otro lado del río que en el mapa tenemos varios sitios marcados, pero no vemos nada de especial interés, lo único un trozo de la antigua muralla que está en una zona de árboles muy bonita al lado del río y nos damos cuenta de que la mayoría de los españoles que vemos (que son muchísimos) van discutiendo, curioso, luego nos daremos cuenta en el resto del viaje, que es algo común.

Por la tarde ya muy cansadas vamos a la plaza de nuevo y nos sentamos en las escaleras de los Uffizi a la sombra y a escuchar al ruso de la guitarra y después a un chico con una guitarra y una chica que canta, que pasada de sitio y que buenos son todos. Por cierto que aquí se nos cruza un chico sacado de un anuncio de multiópticas, juro y perjuro que jamás ví a nadie que le quedasen así las gafas.

Regresamos por la noche al albergue y nos encontramos a la inglesa con un montón de bombones y a los dormilones que resultan ser unos franceses o belgas a saber, extremadamente antipáticos. Vamos a cenar al mismo sitio del día anterior, salimos tranquilamente a comer la pizza al jardincillo y ¡oh, horror! Se nos pegan unos italianos de la tercera edad, cualquiera que haya visto italianos de caza ya sabe como son, por aburrimiento nos volvemos al albergue a dormir, no nos les vamos a conseguir quitar de encima si no nos vamos, se chafan nuestros planes de tomarnos una cervecilla tranquilamente…



Día 5 (10/8) Florencia

Lo primero nos despedimos de la inglesa que está encantada porque Florencia le parece un sitio muy bonito, y la verdad, no le falta razón.
Dejamos las mochilas gratis en la consigna del albergue, que majetes, y nos dejamos la ropa mas de abrigo arriba de la mochila, las tierras de Heidi no parecen tan calurosas como las de Marco, además llegamos a Spiez a las 5:13 y está en los Alpes.

Vamos a la zona que nos faltaba, Santa Croce y toda esa zona y hacemos un intento de subir a un mirador, desistimos del mirador, porque es un sitio muy empinado y hace muchiiiiismo calor.

Hacemos los remates de lo que nos ha quedado por ver y nos vamos a por un helado, que nos lo hemos ganado, como unas campeonas, no puede haber en todo el mundo helados mas ricos que los de Florencia, es imposible, me pillé uno de yogurt con frutos del campo que aun estoy babeando cada vez que me acuerdo.

Después nos decidimos ir de concierto otra vez y ya de paso vemos a un mimo buenísimo, lo que nos pudimos reír, que jefe.

Ya por la tarde vamos hacia el albergue a recoger las mochilas y cambiarnos de ropa en el baño y partimos rumbo a la estación, por cierto que nos subimos e un tren para ir de una estación a otra sin pagar y acongojaditas perdidas por si nos pillaban, pero la suerte estaba de nuestro lado y no apareció el revisor, aunque hemos comprobado que menos en Alemania, en los regionales no hay nunca revisor.

Nos tiramos una hora esperando al tren y viendo los trenes estupendos nocturnos que tienen en Italia, a mí me entran los siete males, porque dan claustrofobia solo de verles.
Cuando llega la hora cambian la vía del tren sin avisar y poniendo otro nombre del tren, como vemos que todo el mundo cruza, hacemos la táctica del mono y cruzamos también, y menos mal o nos quedamos en tierra, estamos apañadas cada vez que queremos salir de ciudad, ¡no nos dejan los trenes!

La verdad, el tren por dentro no está tan mal, excepto los baños que dejan mucho que desear, vamos en un vagón lleno de orientales, pero en nuestro compartimento van 3 suizas una coreana y nosotras dos, eso si, perdí la cuenta de los cabezazos que me dí contra las literas, que me he quedado mas tonta de lo que estaba y no dormí apenas mas que nada me angustiaba lo que nos esperaba en Suiza….
p.d- la primera foto es de la piazza dela signoria y la segunda del pone vecchio

jueves, 4 de septiembre de 2008

crónicas del interrail 2008 (III)


estos días no he contado nada porque mis fotos las tenía que escanear y las de rebeca ya son digitales, hoy me las ha dado y hoy sigo con la matraca:


Día 3 (8/8) Roma/Florencia/Pisa/Lucca

Andaba yo despertándome cada dos por tres, porque por lo visto fuera de España no se conoce la existencia de unos increíbles avances tecnológicos llamados persianas y mirando el móvil para ver la hors, la alarma estaba puesta a las 6:15, teníamos que levantarnos, prepararnos, asearnos, revisar todo y subir la cuesta hacia Termini mochila a la chepa. Aparte íbamos a tomarnos un café en la estación para desayunar y a subir tranquilamente al tren a las 7:17 hacia Florencia, además estrenábamos interrail, yujuuu.

Total, que en una de estas abro el ojo y ¡Oh, horror!!!!, son las 6:50 de la mañana, no ha sonado el despertador, sacudo a Rebeca, vamos corriendo al baño recogemos corriendo, hablamos sobre la posibilidad de llegar al tren y acabamos decidiendo que es una imposibilidad, aun así recogemos todo a toda pastilla y subimos hacia Termini, pensando en las opciones, pillar el tren rápido y pagar 15 eurazos o preguntar en taquilla otro regional.

Llegamos a Termini a 7:19, lástima, miramos aun así los paneles, no viene Florencia, pena, a las taquillas pues.
En taquillas vemos uno a las 9:30 que nos sirve, pues nada a tomarse un cafecito tranquilamente al lado de unos Neos y a sentarnos fuera a hacer tiempo con los vagabundos, total, no damos tampoco demasiado el cante…

Entramos a las 9 no vaya a ser que encima perdamos el tren, que es una estación gigante, todos empiezan a retrasarse, viva Italia. Al final subimos al tren casi 20 minutos tarde y descubrimos que en el cartel lo anuncian como regional a Milán, mierda, viendo los retrasos que traen fijo que podríamos haber salido en el otro que seguro que estaba cuando llegamos. Ya en el tren, unas señoras nos hacen levantarnos de los asientos, a nosotros y a una pareja de a saber qué, que estaban en unos asientos cercanos, total que las señoras que nos han hecho levantarnos hacen tapón en el pasillo y no hay forma de pasar, yo empiezo a hacer gestos a Rebeca de coger carrerilla y saltarlas y esas cosas y una señora al lado nuestro se ríe y no se exactamente que nos cuenta pero creo que nos apoyaba y al final nos desea buen viaje cuando nos dejan pasar (que el tapón seguía eh!!).

El tren sale con hora y media de retraso, empieza a darnos canguele el perder la reserva de Florencia, somos aun novatas en lo del interrail, que es el primer día en serio. Y de regalo por estrenar el billete, nos lo ticka el revisor después de mirarlos con cara rara.

Total la pareja de al lado nuestro empieza una discusión de las gordas empezando la chica a llorar y toda la movida y a mi me asustan porque de verdad que eran orcos, no se en qué idioma era, pero sonaba a orco, hemos pensado que igual era turco, porque eran morenos, pero igual es cualquier otro, vamos…

Aparece el “ángel rescatador” un chaval que ayuda a todo el mundo a bajar las maletas y a abrir la puerta (que mas de uno no sabía, incluso unos señores montan un número muy gracioso de abrir la puerta recoger las maletas, se les cerraba en los morros y a soltar las maletas y repetir jugada, medio tren partiéndose el eje y el chico nos miraba a nosotras y se reía, como si entendiésemos mucho lo que decía… nosotras muy educadas le sonreíamos porque el dúo cómico eran unos capos y porque el ángel estaba de buen ver, no nos vamos a engañar), total, que una parada antes de Florencia se baja, lástima, no nos va a bajar en brazos como queríamos.

Localizamos el albergue muy cerca de la estación, ¡qué rebuscados son los italianos!, cambian 3 veces el nombre de la calle, pero es seguir una calle recto hasta llegar.
La chica se empeña en hablarnos en inglés, y después de muchas vueltas y la ayuda de un alemán que hablaba un poco de español que sale al rescate, entendemos lo que nos dice, curioso, hay que dejar un documento de identidad que no sea el DNI (lógicamente, no puedes quedarte indocumentado por el mundo), nunca lo había visto, menos mal que rebeca tiene el de conducir.

La habitación muy chula, limpia, bonita, grande, con aire acondicionado, baño por un lado y ducha por otro, el albergue además tiene restaurante, piscina, sauna, ¡es para entrar y no salir!!, vamos, igualito que el de Roma donde nos podía haber comido una cucaracha gigante mutada. Dejamos las cosas, hacemos las camas y tal y nos vamos, al bajar un poco la calle, me doy cuenta que mi billete está guardadito en la taquilla, a volver, encontramos en la habitación un chico mexicano, al que invitamos a venir con nosotras a Pisa, pero está cansado y decide quedarse durmiendo.

Vamos rumbo a Pisa, le cuento a Rebeca que es muy difícil sacar la torre inclinada, porque el suelo está en cuesta y se tiende a poner la torre recta, es una pena, porque de verdad está muy torcida.
Andamos felizmente, cual duendecillos sacando fotos y nos piden unas asiáticas (a saber de dónde) que las hagamos unas fotos, me pongo a sacar la foto y le preguntan a Rebeca que de dónde somos, de España, total que le dicen que se ponga en la foto con ellas y empiezan a decir en castellano:
- Oh! España, España
- Hola, Buenos días
Y la gran pregunta:
- ¿Dónde está España?
En ese momento inmortalicé la cara de flipada de Rebeca en la foto.
Hemos llegado a la conclusión de que fue una mala traducción del verbo estar que en otros idiomas es igual que ser, como casi todo el mundo sabe y yo también y queda guay decirlo, que parece que controlo de idiomas.

Vista la Torre de Pisa, el Baptisterio y el Duomo, la verdad la zona de la Universidad y el río es bonita, pero tampoco se tarda gran cosa en verlo y no hay nada mas.

Vamos hacia Lucca en un tren chunguísimo que ha conocido mejores tiempos, sin revisor ni nada que se le parezca.
Al llegar a la estación hay dos salidas en cada extremo, como no sabemos por cual salir vemos a una señora que sale por la derecha, pues esa, la seguimos.

Después de una hora dando vueltas por unas urbanizaciones y estar a punto de morir de un infarto por el ladrido de un perro, que esperó a tenernos a su altura (literalmente, porque no es que seamos ninguna de las dos jugadores de baloncesto precisamente), para demostrarnos su potencia de voz, descubrimos que la salida buena era la de la izquierda.

Lucca es una ciudad preciosa, medieval, amurallada, cada rinconcito es una pasada, tiene torres, iglesias, relojes, ventanales preciosos, palacios… pero por desgracia ya no tenemos fuerzas para movernos, miramos la ciudad como las vacas al tren y nos tomamos un café en la cafetería con la camarera mas antipática de toda Italia y con diferencia. Subimos a la muralla porque nos habíamos desorientado del todo y no sabíamos volver a la estación, tras rodear media ciudad, vemos la estación, pegadita a la muralla, somos unas zotes…

El caso es que no es muy tarde, pero el tren va con gente muy rara, un vagabundo que debe de tener calor porque se pasea y mira la temperatura constantemente, un chico con pinta chunga que se pasea… de todo menos revisor.

Llegamos finalmente a Florencia y tras dar como 5 millones de vueltas y estar 3 cuartos de hora andando y pegando el morro en los cristales de todas las cafeterías, kebaps y restaurantes de alrededor acabamos en el mas cercano al albergue, qué le vamos a hacer si somos así…

Pillamos una pizza margarita, que es la mas barata para comer en la calle y el señor la hace delante nuestro y en un momento. ¡Que crack!, además es majete y se ríe porque Rebeca está como un tomate y la recomienda echarse crema (llevaba la de factor50) y a mi me dice que yo no me quemo porque soy “oscura”, tela.

Devoramos al pizza y la catalogamos como la pizza mas rica que hemos comido nunca, estaba buena si, pero de haber comido o desayunado fijo que no nos parecía tan rica. Al entrar en el albergue, tenemos compañeros durmiendo, tras la tontería de haber si son suecos y atrancamos la puerta, nos duchamos sin hacer ruido y esperamos que se seque el pelo viendo las fotos. Llega nuestro compi mexicano que parece no ser tan respetuoso con el descanso ajeno como nosotras y habla mas alto, tras una charla de qué tal la tarde, se baja al bar del albergue arreando un portazo. Nos metemos a dormir, yo creo que me quedé inconsciente antes de que la cabeza tocase la almohada…
p.d- la foto es del atardecer en lucca, lástima esar tan cansadas....
p.d2- norther en madrid el 29 de noviembre a las 8 de la tarde en ritmo y compás, allí estaré, no me lo quiero perder!!!!!!!!!

lunes, 25 de agosto de 2008

crónicas del interrail 2008 (II)


no se porqué no escribo un libro un año de estos, fijo que tenía al menos mil paginitas del ala, en fin, sigo con mi crónica la que iba a ser tan breve y lleva camino de ser una enciclopedia, y lo peor es que me como miles de cosas...



DIA2 (7/8) Roma


Pequeño madrugón, pese a nuestras ganas de venganza y justicia, nos levantamos en absoluto silencio, vamos a la ducha y nos piramos del albergue sin que nuestras amigas inglesas ni unas irlandesas que por lo visto también debieron de montar la suya, según Rebeca, porque yo no me enteré, tengo el sueño profundo si no me tiran encima taquillas, claro está, se despierten.


En fin, pillamos barritas, llenamos las botellas de agua y ¡a explorar!!!, vamos a Termini lo primero para mirar los horarios del día siguiente para Florencia, decidimos de ir en el primero a las 7:17 de la mañana, qué hora mas rara.


Como no tenemos plano que la guía que nos han dejado pesa una barbaridad y vamos a acabar con joroba, buscamos la oficina de turismo de la estación, pero está cerrada (¡en agosto!!!), nada, decidimos bajar la cuesta e ir lo primero directamente al Coliseo.


El Coliseo impresionante y la cola para entrar impresionante también, decidimos no morir de insolación e intentar entrar a última hora , salimos por el arco de Constantino y comenzamos a rodear los foros, pasamos junto a la explanada que fue el circo Máximo, aunque no haya nada que ver, al menos hay fuentes de agua fresquita y es de agradecer y mucho, seguimos mas adelante y el azar y el destino se alían y me llama la atención una basílica coquetona que está al final de la calle de enfrente, total, que nos acercamos a verla y tachaaaaaan, tras la basílica coquetona aparecen los templos de Vesta y de la Fortuna viril, eso si, llenitos de andamios, como siempre en Italia, he estado 3 veces y no me he librado nunca de ellos, a lo tonto rellenamos las botellas en una nueva fuente y nos damos cuenta de la cola que hay en la iglesia de enfrente, leemos el cartelito de la plaza y flipa, la iglesia de enfrente era Santa Maria in Cosmedin, dónde está la cara de la verdad, pasamos de la cola y la turistada de meter la mano, sacamos fotos entre las rejas y seguimos, menuda suerte.


Pateamos al lado del Tíber y vemos la famosa isla tiberina íbamos a cruzar pero vimos ruinas al otro lado y se nos fueron los pies, total acabamos, en algo que ahora mismo no recuerdo, pero es bonito y es gratis, me parece que eran los restos de un anfiteatro, curioso y salimos al monumento a Vittorio Emanuele II y los museos capitolinos, que ya habíamos hecho reportaje fotográfico el día anterior, tiramos para adelante, como los de Alicante, aunque la frase del interrail era “marcha hacia adelante”, que fue la frase gafe…


Vamos camino hacia el Panteón convencidas de que sabíamos dónde estaba, pero nos perdemos, damos 500 vueltas y al final encontramos un mapa de esos de usted está aquí y pasando por callejuelas, dónde vemos casas muy bonitas por cierto, pero prácticamente en ruinas (¡y una era un albergue!!!) llegamos al Panteón.


A mi el Panteón siempre me ha encantado, pero entre el tremendo calor que hacía y el haberlo visto antes hace que se me desvíe la atención hacia otros objetivos y hasta ahí puedo leer, solo digo que cuando recuerde la tumba de Rafael , en vez de acordarme de la Escuela de Atenas me acordaré de una camiseta roja…


Salimos del Panteón, yo con toda mi pena que me hubiese quedado un par de horas mas y vamos a la Plaza Navona a ver la fuente de los cuatro ríos y ¡horror!!, está en obras, no vemos nada, por el metacrilato nos asomamos un poquito, pero nada, pues ala frustración y rumbo al Vaticano.


Ya en el Vaticano vemos a muchos Neos, hacemos las fotillos de rigor buscamos el punto en el que sólo se ve una columna en vez de la fila de 3 y nos ponemos pacientemente a la cola, vemos los carteles de no se puede entrar con tirantes, pero todo el mundo va igual que nosotras y estamos a 40 grados, y llevamos unas camisetas todas modositas de algodón, pasamos el registro y cuando vamos a la basílica no nos dejan entrar, se nos ven los hombros, somos unas guarras inmorales que iremos al infierno de patitas, pero a los Neos con falda les dejan entrar, pues nada, media vuelta, una señora nos vende un pañuelo por 4€, pasamos de ella, mandamos al Vaticano a un sitio muy feo y nos acercamos a la puerta de los museos a comer una nutritiva barrita, beber agua y estar a la sombra que en Roma es muy cara.


Tras un rato de reflexión y flipar porque en los museos tampoco puedes entrar en tirantes (hombres y mujeres) decidimos mirar en los puestecillos unos pañuelos tapahombros pecaminosos y al final compramos dos por 2€ cada uno, bueno, al menos nos servirán de regalo, nos ponemos la capa de batman y para dentro de la basílica, que por cierto, a una chica de amplias proporciones no la dejaban pasar ni con una chaquetilla de las cortas porque marcaba escote, otra que irá al infierno…


Después de alucinar un poco con lo pobre que es la iglesia salimos a la vida real de nuevo y vamos hacia el Mausoleo de Adriano, que yo recordaba una parte gratis y ahora es todo pagado, si no nos gastamos el dinero en comer menos en otras cosas y nos vamos rumbo al Coliseo.


Tristes, tristes, ya no hay sol, pero ya no nos dejan entrar, falta media hora para cerrar y ya han echado la reja a la taquilla, nos tumbamos en los jardines y decidimos ir a ducharnos porque habíamos sudado lo que no está escrito e ir a cenar una pizza por la zona del Trastevere.


Tras la ducha y las explicaciones y el pedirnos perdón de la inglesa que hablaba bien, literalmente me dijo que su hermana había llegado demasiado borracha, decidimos que el Trastevere está muy lejos y estamos cansadas, nos quedamos por la zona y descubrimos unas callejuelas muy animadas, compramos dos hermosos trozos de pizza al peso que estaba de rechupete o estabamos muertas de hambre, una cervecita y nos sentamos en una plaza a pasar el rato, a las 11 y pico decidimos ser niñas buenas y retirarnos a descansar para madrugar la día siguiente, una pena, se estaba muy a gusto en la calle y había mucho ambiente, al menos debatimos sobre la cara de italiano típica, al final decidimos que era por la nariz, tonterías provocadas por exceso de sol en el cogote digo yo.


Vamos al albergue y observamos una curiosa costumbre inglesa interrailera por primera vez, meterse pronto en la cama con un libro y sin hablar, en fin nosotras hicimos la costumbre española, meternos en la cama y planchar oreja, esta vez sin incidentes…