domingo, 23 de noviembre de 2008

crónicas del interrail 2008 (XI)


cuando estaba en el paro no tenía dinero y ahora que estoy trabajando no tengo tiempo, no es que me queje, que según están ahora mismo las cosas cualquier opuesto de trabajo es bueno, pero no tengo vida social y ya solo veo a mis compañeros de la tienda en vez de mis amigos y empiezo a cansarme de eso...


en fin, nunca llueve a gusto de todos, sigo con la historia esta y cuando acabe ya despotricaré de otras cosas, que si no gruño no soy yo...


Día 13 (18/8) Munich

Sobrevivimos al olor de nuestros vecinos y salimos a respirar aire puro, no sin su riesgo que casi muero aplastada por un pantalón que voló desde una litera.

Volvemos a ver el sol y el calor después de unos cuantos días y nos vamos a ver tranquilamente la ciudad y a hacer unas fotillos que el día de la guía no nos había dado tiempo. Nuestra primera parada es una torre de una iglesia desde la que nos dijo la guía que había una vista muy bonita de toda la ciudad e incluso los días muy despejados se podían ver a lo lejos los Alpes, a pesar de hacer bueno no es de esos días pero aun así subimos, eso si, cuando nos aseguramos que no iban a dar campanadas porque con sus ocho campanotes cuando dan las horas se mueve toda la torre y unido a mi miedo a las alturas eso es infarto seguro.
Tomamos mientras un cafecillo para tener fuerzas para subir los 306 escalones (13 pisos) de la torrecita en cuestión, cuando llegamos arriba ya íbamos con la lengua fuera pero en comparación de otras personas que nos cruzamos de camino aguantamos bien. Las vistas una pasada, pero la organización pésima, es la primera vez que veo fallar a los alemanes en estas cosas, había muy poco espacio, mucha gente y cada uno en una dirección distinta, era muy difícil pasar hasta para nosotras, con que un alemán grandote que se precie por allí no pasa…

Después de las fotillos de rigor y desandar los escalones estuvimos rodeando el ayuntamiento, que volvimos a coincidir con las campanadas, y seguimos el recorrido de la guía de Munich que pilló Rebeca para no perdernos, cosa que por primera vez conseguimos como unas campeonas, salimos camino al Jardín de los ingleses, al Biergarten con intención de comer y esta vez si fuimos con desvío pero no nos perdimos demasiado y vimos otros jardines muy bonitos y un puente que era una pasada (y yo sin carrete en la máquina, hay que jorobarse).

Al entrar en los jardines vimos la zona donde hacen surf, pero había cuatro chavales con pinta de guais luciéndose y cayendo todo el rato al agua decidimos ir a comer que es mas interesante, llegamos a la torre china fiándonos de los mapas y pasando por un par de zonas llenas de gante tomando el sol y si, los alemanes estaban mas morenos que nosotras.

Tras muchas vueltas por los puestos de comida al final pillamos unas salchichas y luego Rebe un bocadillo de pescado, que según ella sabía como a arenque y yo una ensaladita que necesitaba algo verde para no pillar escorbuto.

Con la barriga llena y muy felices nos fuimos a la cervecería mas grande de Europa a tomar unas cañitas. El sitio es muy curioso de ver, coincidimos además con una banda que tocaba canciones tradicionales, entender no entendíamos nada lógicamente, pero tenía su encanto, entre lo poco que habíamos comido en varios días, el cansancio y el sueño salimos de la cervecería bastante felices y contentas a pesar de haber pillado cada una la jarra mas pequeña (medio litro) y nos fuimos a ver la zona de los juegos olímpicos.

Pero qué listos son estos alemanes, han transformado la zona en un parque de atracciones con mercadillo, escenario para conciertos (pillamos uno de reagge), un lago precioso y senderillos para ir a correr, como hacía tan bueno estaba hasta la bandera y se estaba muy a gusto, además recuerdo a cierto alemán solín en su pareo al que no me hubiese importado nada hacer compañía…

Del parque fuimos a ver el estadio de fútbol, pero llegamos casi de noche y si no hay partido no cambian los colores de la iluminación, que pena. Además de camino me enteré por mi madre que me había llegado una carta del parao para hacer un curso y se había pasado la fecha…

De vuelta al albergue nos comimos un bocadillo de camino y nos tomamos unas cervezas ya de despedida de Munich, a mi me ha gustado mucho, Rebe opina que la gusta mas Berlín que la gente es mas amable, yo tampoco veo tan mala gente a los bábaros, solo mas brutos.

Al regresar a la habitación nuestros compañeros no están en ese momento, pero la nube tóxica si, como tenemos que madrugar al día siguiente, nos duchamos y dejamos las mochilas y todo preparadito y recogido para pillar el tren hacia Frankfurt.

Cuando mas dormida estaba entraron nuestros compañeros haciendo mas ruido que dos elefantes en una cacharrería y los bueno es que le oía a uno mandar callar al otro para no despertarnos, solo que hay un fallo, dos eslovacos hablando en un inglés tan raro, pelirrojos, MC no sequé y KY no sequé, grosso error, no son eslovacos ¡Son escoceses!!.

Mil perdones para todos los eslovacos que fijo que se duchan y no son tan guarros.
p.d.- la foto es lo que parece, lo foto del soli...estooooooo del parque de las olimpiadas

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