domingo, 9 de noviembre de 2008

crónicas del interrail 2008 (X)


hoy es el día que se conmemora la batalla de gamonal (en la guerra de la independencia española) y están haciendo representaciones por el barrio si aalguien le pilla cerca le recomiendo que se apunte, que es muy curioso de ver.


en otro orden de cosas nada nuevo bajo el sol (mejor dicho bajo las nubes que no recuerdo como era un cielo azúl), esta semana han venido los jefazos intermedios y parece ser que hemos pasado al visita con nota, pues sigo con el viaje, a ver si acabo:


Día 12 (17/8) Füssen

Nos levantamos mas tarde de lo pensado y sin vecinos ya en la habitación, salimos corriendo hacia la estación con idea de pillar un café aguado antes de subir al tren, pero no nos dio tiempo, pillamos el tren hacia Füssen por los pelos carrerita incluida porque el siguiente ya era muy tarde y al ser domingo habría mucho turista. El tren va hasta la bandera y nos toca sentarnos en el suelo con unas chicas orientales.
Al menos el revisor no nos mandó levantarnos ni nada y estaba de buen ver, como somos gafes a mas no poder, por alguna razón que sigo sin saber cuál fue el tren estuvo mas de media hora parado, al menos conseguimos un par de asientos al lado de unos rusos.

Cuando llegamos finalmente a Füssen, bastante mas tarde de lo esperado, justo estaban los autobuses y tras un debate sobre si ir andando y ahorrarnos el dinero o ir en bus por 0,70 € decidimos subir y menos mal porque había 5 kilómetros desde el pueblo hasta las taquillas.

Directitas a las taquillas y medio corriendo para acabar lo antes posible y volver para Munich, ¡qué dura es la vida del turista!, cuando llegamos hay cola pero muy organizada y va rápida, a los alemanes no les gana nadie en organización.

No conseguimos entrar en el turno de la audio guía en español en uno de los castillos, y nos decidimos por la visita en inglés para Hohenschwangau y audio guía en español para Neuschwanstein y nos vamos felizmente a desayunar, una salchicha y una coca cola, esa dieta mediterránea que no decaiga.

Como pone un cuarto de hora de camino nos vamos para Hohenschwangau y llegamos en 5 minutillos porque es una cuestecilla de nada.
Nos toca una chica a la que se entiende muy bien, a pesar de mi malísimo inglés entiendo muchas cosas y el castillo es mas bonito por dentro que por fuera, la única queja unas italianas maleducadas que van sacando fotos, hablando, empujando y molestando.

Entre una visita y otra tenemos una hora y 40 minutos y como aun no nos habíamos perdido ni la habíamos liado pues nos decidimos por ir por un camino monte a través que pone algo de ruinas del castillo de Feuerstein en alemán, pues ala, quién dijo miedo.
Las ruinas en cuestión no aparecen pero nos encontramos con varas decenas de alemanes de senderismo y ni un turista, después de mucho andar, de nuevo la marcha hacia adelante, por el monte llegamos a un lago, empezamos a rodearlo y cuando ya llevamos como medio lago nos da por mirar a nuestra espalda, y qué vemos, pues el castillo de Neuschwanstein a tomar por saco y nos queda una hora para la visita, momento de pánico. Desandamos lo andado y en vez de volver por el monte seguimos por un caminito que nos lleva a un carril bici en el que nos jugamos la vida (en Alemania primero son los perros después las bicis, después los coches y por último los peatones, por ese orden de preferencia) par acabar donde empezamos en los tickets, y según el plano son 40 minutos de subida, compramos agua con gas para no morir de deshidratación y vamos en tirantes cuando la gente va con chaqueta, no saben del calor que se pasa corriendo por el bosque por lo visto…

El caso es que subimos tan sumamente rápido que aun nos sobraron 20 minutos para sacar fotos, ir al baño, comprobar que nadie mide menos que nosotras y aburrirnos un buen rato en lo que esperábamos para entrar. Cuando entramos a la gente delante nuestro le daban la audio guía en español (un grupo de andaluces con una guía muy mal educada) y al llegar a rebeca duda entre la inglesa o la española y por reírme de ella a mi me la da en italiano, aisss.

El castillito en cuestión es la bomba, la gente se queja de que la visita es corta y cara, a mi me parece que merece la pena, el rey loco de loco no tenía nada, es el castillo que tiene que tener todo cuento que se precie, dragones de piedra tallados en las escaleras, pinturas de batalla medievales y fantásticas…. Bufff, que pasada…, por cierto que el lago en el que estábamos se ve desde el castillo a lo lejos y es donde se ahogó (para mí que le ahogaron) el rey.

La simpática guía del otro grupo va explicándoles las salas y retrasando a todos y mandando callar a toda la gente, que no todo el mundo era español ni nos interesaban demasiado sus explicaciones, incluso dice que dejen pasar a los chinos que no se callan (literal).

Ya fuera del castillo bajamos por otro camino y vamos al famoso puente de acero pero a mi me da un canguele tremendo y no me atrevo a cruzar, ya se que es muy mala suerte que justo pase yo y caiga, pero el acantilado no me inspiraba mucha confianza y yo prefiero la técnica del cobarde vivo que la del valiente muerto.

Volvemos a Munich en tren y no nos da tiempo a ver Füssen pueblo, una pena, parece muy bonito y ya si empezamos a notar frío, el tren va muy lleno pero encontramos sitio enfrente de una parejita… de orientales. La pareja en cuestión son muy graciosos porque se pasan todo el camino haciendo ñoñerías cantando y bailando en el asiento y es muy duro no reírse pero nos aguantamos las ganas por si les sentaba mal.
De camino vemos a mister Alemania y si no lo era merecía serlo, el pobre buscando sitio para sentarse, estuve por empujar a rebeca para que se sentase ahí…

De regreso al albergue ya de noche abrimos la habitación y….
¿Pero qué es esa peste?!, había como una nube tóxica, llegamos a pensar que había algo muerto en la habitación, resulta que tenemos nuevos compañeros y no conocen los beneficios de la ducha.
Ellos no están, pero tienen las camas sin sábanas, los deportivos tamaño barco encima del colchón, la ropa esparcida por la habitación….
Intentamos saber de dónde son pero ni idea, miro las tarjetas del albergue y no entendemos lo que ponen, una empieza por K y tiene sietes y la otra por Mcnosequé, como tienen monedas debajo de la almohada miramos una (no nos la echamos al bolso malpensad@s eh!!)y pone SVK, entre eso y una bolsa con un idioma imposible, tras el primer susto pensando que eran suecos y nos acababan de tirar un mito a la basura deducimos que son eslovacos y ponemos a Eslovaquia en la lista negra de países, no hay que ir nunca que no se lavan, total me meto en la ducha y por lo visto alguien a debido de lavar a un oso dentro según está, total en lo que rehago mi maleta y se ducha Rebeca entra uno de los vecinos, como me pilla sentada en mi litera y quedaba feo salir a investigar saco un poco la cabeza y digo Hi, total que me contesta un Hello que me sonó raro de narices y regresé a mi cueva, al menos se echó desodorante, que chico tan limpio. El muchacho en cuestión era un gigante pelirrojo y no llegué a verle ni la cara.

Bajamos al bar del albergue y no había ni rita, nos tomamos un par de cervecillas vemos un trozo de los juegos olímpicos, los saltos de trampolín y subimos a la una o así a dormir, tenemos a uno de nuestros vecinos durmiendo y a otro desaparecido, total nos metemos a dormir, yo no oí nada en toda la noche, pero por lo visto nuestro otro vecino debió de liar el festival de los ruidos por la noche porque llegó a las tantas y con unas tantas cervezas encima por lo que dijo Rebe que a mi me tiran una traca de petardos en la habitación y ni me entero de lo cansada que estaba…
p.d- la foto es en el lagocuando nos dimos cuenta de los lejos que estábamos, la manchita blanca es el enorme castillo de Neuschwanstein

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